Científicos en EE.UU. encontraron que el Aedes aegypti, conocido como el mosquito del dengue y de la fiebre amarilla, es capaz de adaptarse a las temperaturas en su “entorno local” en medio del cambio climático, y optimizar así su desempeño a la hora de transmitir enfermedades.
Este nuevo estudio se conoce en medio de un brote de dengue en la Argentina. Hasta la semana 9 ya se detectaron 95.705 y todo indica que este año se superará el récord de 130 mil casos de 2023.
La conclusión de nuestro estudio es que, si queremos comprender completamente la transmisión en un lugar y cómo esto podría cambiar en el futuro, debemos estudiar los mosquitos a nivel local y no asumir que la forma en que la temperatura afecta la transmisión en un sitio necesariamente se puede extrapolar a todos los demás sitios”, subrayó en declaraciones a la agencia EFE el entomólogo Matthew Thomas.
Según el Instituto de Investigación Científica de Especies Invasoras (ISRI, en inglés) de la UF, muchos modelos no consideran la influencia potencial de la adaptación térmica en los mosquitos y por consiguiente su mejor rendimiento, es decir la aptitud física o potencial para transmitir enfermedades como el dengue o el Zika.
Para Thomas, director del ISRI, lo que el estudio sugiere es que “los mosquitos sí pueden optimizar su desempeño en el entorno local inmediato en medio de los cambios climáticos”.