En las últimas semanas a muchos llamó la atención el modo como se presenta el abogado Mauro Gastón Ceratto en su twiter. No porque diga “Puntano y Militante Peronista”, sino porque figura como Subsecretario GA y Asesor Legal del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad y, al mismo tiempo, Jefe de Asesores y Despacho de la senadora nacional María Eugenia Catalfamo.
Mauro Ceratto y un primo, Tomás Agustín, ya se aseguraron de por vida un lugar – muy bien remunerado- en el Senado de la Nación, donde revisten ambos en planta permanente.
Como todos saben, no es legal ostentar dos cargos en el Estado. Prohibición que, naturalmente, no puede desconocer un hombre de leyes y además escribano.
Tal vez por su amistad de muchos años, cuando junto con Ayelén Mazzina trabajaban en la Secretaría de la Juventud del gobierno provincial, cuando su amiga en octubre del año pasado llegó al Ministerio de Mujeres de la Nación, ésta no dudó en llamarlo para que trabajara a su lado.
Es así como desde el 1° enero de 2023, Mauro ha sido designado por decreto presidencial en el cargo de Subsecretario de Gestión Administrativa del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Tal vez Ceratto sea un dechado de virtudes y capacidades notables, eso no está puesto en duda. Pero difícilmente podría desempeñar los dos cargos en simultáneo, si en verdad fuera un funcionario responsable, por encontrarse sus funciones en edificios separados varias cuadras. Pero más allá de la distancia física, por una cuestión netamente legal.
Podría pensarse que al asumir en su nueva gestión solicitó licencia. Detalle que no ha podido corroborarse en los registros del Senado de la Nación. Pero mientras tanto, el propio funcionario ha instalado la sospecha de que se encuentra ocupando –y cobrando- por dos cargos: como subsecretario del Ejecutivo y como asesor en el Poder Legislativo. Algo que representa una absoluta ilegalidad y por la cual se expone a una denuncia penal o, cuanto menos, un sumario y apartamiento del cargo.
Hay un refrán muy conocido que reza: el pez por la boca muere. En referencia a aquellos que por hablar mucho, terminan diciendo algo que los perjudica. En estos tiempos dominados por las redes y la tecnología, podría parafrasearse que, además, a los funcionarios los condena ostentar sus cargos en twitter.
(Se esperan aclaraciones …)
Fuente y Redacción: Apuntes San Luis
