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Esto acaba de ocurrir en el Supermercado Aiello , sucursal el centro, cuando una señora mayor se disponía a dejar parte de la mercadería porque no tenía en ese momento el suficiente dinero para pagar. El señor que seguía en la fila tomó la generosa decisión de pagarlo, entendiendo que no podía prescindir ella. de esos alimentos básicos. Una bonita acción de la que fui testigo, en un bendecido domingo y que colma el alma de esperanza: no todo está perdido.