Nada parece frenar a los delincuentes en la Villa de Merlo. En el inicio de la semana se conocieron dos nuevos episodios que generaron escalofríos por la impunidad con que se manejaron. Los dueños estaban dentro de las casas, pero eso no fue un impedimento.
Una de las víctimas, Roxana, dio a conocer lo que le sucedió entre las 3 y 3:30 de este lunes en su vivienda, en la zona de Chumamaya.
En la propiedad se encontraba su hijo de 17 años. Estaba durmiendo en la planta alta cuando irrumpieron rompiendo la ventana de la habitación de ella.
En solo minutos se llevaron alhajas, zapatillas, perfumes, una tablet, un celular, y una computadora. Además, sustrajeron un dije que tenía las iniciales de su abuela
El otro hecho fue relatado por Marina, quien lo vivió en carne propia. Reside en el barrio Barranca Colorada.
En declaraciones a radio Alternativa, describió que en la madrugada del sábado ingresaron a su vivienda cuando estaba acostada. Vive junto a su hija, pero ella no se encontraba.
“Me desperté porque esta persona me alumbró la cara con un celular, yo me quedé dura del miedo”, transmitió sobre lo que sucedió alrededor de las 4:30 de ese día.
La mujer dijo no tener palabras “para explicar lo terrible que fue la situación”: “No lo escuché entrar, me desperté cuando lo vi parado al lado de mi cama”.
El malviviente se llevó celulares, dinero y una mochila con toda su documentación.
Marina expresó que más allá de las pérdidas materiales, lo grave es que ingresaron a su casa con total impunidad.
“Estoy a una cuadra y media de Avenida Norte, es una zona muy tranquila”, remarcó.
Además, mencionó que la Policía no encontró nada. Las veces que acudió a la comisaría tuvo que volver a relatar todo lo que vivió o le han manifestado que vuelva en el turno donde le tomaron la denuncia porque “no saben nada”.
La víctima contó que todavía no puede dormir y tiene temor de hacerlo por as noches.
El viernes pasado, la ciudad turística fue escenario de una reunión entre autoridades provinciales y municipales para dialogar sobre la inseguridad. Lejos de soluciones, los hechos delictivos siguieron sucediendo.
Fuente: El Chorrillero
