Vacuna rusa contra el cáncer: esperanza mundial con reservas científicas

Redaccion
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Rusia anunció el inicio de ensayos clínicos en humanos de EnteroMix, una vacuna contra el cáncer. El oncólogo argentino Federico Losco advirtió que, aunque la noticia genera expectativas, es necesario tener cautela: “Cuando los resultados provienen de países poco transparentes en sus investigaciones, hay que tener reservas”

La vacuna que Rusia asegura ya estar probando en humanos: Enteromix.

La noticia recorrió el mundo a principios de esta semana: Rusia informó que, tras haber llevado a cabo pruebas en modelos animales, comenzará en breve la fase I de experimentación en humanos de su vacuna contra el cáncer, llamada EnteroMix. El anuncio naturalmente generó entusiasmo, pero también despierta dudas en la comunidad científica internacional.

Según la información provista por el Centro Radiológico Nacional de Investigación Médica de aquel país, esta tecnología se basa en “una combinación de cuatro virus no patógenos que tienen la capacidad de destruir las células malignas y activar simultáneamente la inmunidad antitumoral del paciente”.

Los ensayos iniciales se aplicarán en personas con cáncer colorrectal y luego buscarán avanzar en soluciones contra glioblastoma y melanoma. De acuerdo a los estudios preclínicos, la eficacia para reducir y ralentizar el crecimiento de los tumores en animales rondó entre el 60 y el 80 por ciento. Ahora, la Agencia Federal Médica y Biológica (FMBA) espera el visto bueno del ministerio de Salud ruso para dar el siguiente paso.

Federico Losco, oncólogo clínico y especialista en oncología urológica en el Instituto Alexander Fleming, celebró el avance científico, aunque pidió cautela hasta que la información sea validada a nivel mundial. “Creo que hay que entusiasmarse cada vez que se da un paso en la guerra contra el cáncer, una enfermedad frecuente y que genera tantas cosas malas. Pero ojo: cuando sale esta noticia, uno piensa que se pondrá una vacuna y nunca tendrá cáncer, o que al colocársela el cáncer desaparecerá. Y hablamos de estudios precoces, que recién están saliendo de etapas de experimentación en animales”.

Y advirtió: “La ciencia tiene todo un largo camino de validación y uno confía mucho cuando esa validación se discute, se comparte, está revisada por pares. Pero cuando vienen cosas de lugares como Rusia, un país que no es tan transparente con sus investigaciones —y lo digo sin ánimo de meterme en cuestiones políticas—, uno tiene reservas”.

El principio detrás de las vacunas contra el cáncer

El especialista, miembro de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, recordó que aunque parezca novedoso, ya existen antecedentes de vacunas relacionadas con la prevención del cáncer. “Hoy por hoy tenemos vacunas anticáncer que están en el calendario de vacunación argentino: la vacuna contra el HPV, que evita el contagio del virus del papiloma humano y el desarrollo de cáncer uterino; la vacuna contra la hepatitis B, que previene su infección, principal factor de riesgo del cáncer hepático, que por suerte es poco frecuente; y también la inmunoterapia”, explicó.

Y agregó: “¿Cuál es el principio fundamental de una vacuna? Es algo que se introduce en el cuerpo similar a lo que nos hace daño —un virus, una bacteria o, en este caso, una célula maligna—. Eso genera que nuestro sistema inmunitario se entrene contra esta cosa anormal que simula ser la enfermedad. Y cuando sea la hora de la verdad, venga el virus, la bacteria o el cáncer, nuestro propio sistema inmunitario sea capaz de reconocerlo y eliminarlo”.

Para Losco, el desarrollo de vacunas ha sido una de las revoluciones más importantes de la medicina moderna. “La vacuna es una de las grandes cosas que han impactado beneficiosamente en la salud de la humanidad. Por eso es tan peligroso cuando escuchamos a los movimientos antivacuna. Alguien que no se vacuna no sólo se perjudica a sí mismo: también puede afectar a toda la población. Porque si no hay una masa crítica vacunada, afecta al conjunto. La vacuna eliminó la poliomielitis, la viruela y nos permitió salir del Covid más rápido”.

Por qué es tan difícil dar con una vacuna contra el cáncer

Parece increíble que en pleno siglo XXI, con tantos avances científicos en todos los campos, el ser humano aún no haya descubierto un mecanismo de protección ante el cáncer. Losco explicó la dificultad con una analogía: “Las células tumorales son células propias que tienen un problema genético y empiezan a reproducirse sin control, con la capacidad de escapar de los tratamientos. Imagínense nuestro organismo como si fuera una ciudad como Rosario: hay células cancerígenas a las que les bloqueo el acceso por la entrada principal y se mueren. Pero hay otras que entran por colectora, por aire, por vía subterránea, por caminos de tierra. Toda esa complejidad es lo que cada vez conocemos más y podemos usar para desarrollar estrategias de tratamiento que ayuden a vencerlo, pero por ahora no hemos podido”.

Según el oncólogo, se manifiesta «un resurgimiento en la búsqueda de una cura contra el cáncer gracias a la infraestructura ociosa que quedó después del Covid. Se están desarrollando muchas vacunas con la tecnología ARN, para potenciar ciertos tratamientos como la inmunoterapia. Estas drogas han cambiado el tratamiento contra el cáncer: curan tumores, hacen que la gente viva más y transformaron a muchos pacientes en personas con enfermedades crónicas que pueden vivir muchos años”.

Sin embargo, aclaró: “En algunos tumores esto no ocurre porque no son reconocidos por estas nuevas drogas. Ahí entran las vacunas: estimulan aún más el sistema inmunitario para potenciar el efecto de otras medicaciones, como la inmunoterapia”.

Aunque reconoce avances, Losco advirtió que se trata de una enfermedad extremadamente compleja por varios factores. “La ciencia ha avanzado un montón: tenemos cirugía mínimamente invasiva, radioterapia efectiva, medicaciones que transforman enfermedades mortales en crónicas. Pero el cáncer sigue siendo una de las principales causas de morbi-mortalidad en el mundo y es cada vez más frecuente. El principal factor de riesgo es la edad, y no sólo que cada vez vivimos más sino que la población es cada vez más vieja. A eso se suman más métodos de diagnóstico y cambios de hábitos de vida. Todo esto hace que la enfermedad sea muy frecuente”.

Finalmente, se mostró esperanzado en que la Inteligencia Artificial acelere los procesos de investigación y haga su aporte. “Yo creo que nuevas estrategias como la IA ayudarán mucho en el desarrollo. Hoy, pasar a estudios de fase 1 requiere miles de millones de dólares y entre 10 y 15 años de investigación. Esos tiempos deben acortarse y ser más baratos. Y la IA bien usada puede lograrlo. El proyecto AlphaFold, subsidiado por Google, liberó información para que los investigadores determinen las estructuras tridimensionales de las proteínas. Antes era un proceso carísimo en laboratorios súper especializados y hoy está disponible para todos. Eso ya está ayudando al desarrollo de nuevas drogas. Y hay varios ejemplos más”, concluyó.

 

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