Juntos por el Cambio (JxC) no es lo que era. Ayer tuvo su día fatal con la decisión de Mauricio Macri y Patricia Bullrich sobre apoyar a Javier Milei en el balotaje del 19 de noviembre contra Sergio Massa. La coalición se sacudió como nunca, emergieron broncas y rencores pretéritos y flotó sobre la superficie la fractura expuesta de un espacio político que naufragó tras la derrota electoral del domingo pasado. Este escenario crítico sirvió para la primera acción concertada de la Liga de Gobernadores de JxC que busca liderar un nuevo espacio opositor y contener a los dirigentes que resultaron heridos en estos comicios y quienes elijan permanecer dentro de ese polo.
El bautismo de fuego fue una cena que protagonizaron anoche en la Casa de Corrientes en la Ciudad de Buenos Aires, en la calle Maipú 271. Allí, en un salón de eventos, rodeado de cuadros de arte y alrededor de una larga mesa de madera color marrón, los dirigentes conversaron sobre la situación política de JxC y las repercusiones de un miércoles eterno.