El hombre de 23 años que intentó defender a su amigo le hizo frente también a la Policía y lo detuvieron. Ni él ni el joven que protegió son desconocidos en el mundo delictivo. El dueño de la máquina tiene la certeza de que su vecino fue el ladrón porque una cámara de video lo había captado en el momento de la sustracción.
Amigos en la vida, socios en el crimen. Torres le habría sustraído una cortadora de césped a un vecino del barrio La Ribera de Villa Mercedes. El hombre tenía la plena seguridad de que ese joven, con fama de ladrón, le robó su máquina porque una cámara de videovigilancia lo había captado en plena faena. Por eso el damnificado, junto a otros vecinos también hartos de Torres, lo fueron a buscar a lo de su amigo, de apellido Ortiz. Otro que “no es un bebé de pecho”, sintetizó en criollo una fuente.
Fueron con la idea de exigirle a gritos, amenazas y, si fuera necesario, a lincharlo para que les devolviera el aparato. No imaginaron que de la vivienda saldría el amigo dispuesto a más. Con un cuchillo en mano, les apuntó con el arma blanca. Para entonces, los policías ya estaban en camino. Pero a Ortiz no le importó nada, uniformado o no, trató de tirarse encima de todos con el cuchillo.
De todas formas, lograron reducirlo y controlar el revuelo que había armado el joven de 23 años. Numéricamente los patrulleros lo superaban, solo era Ortiz, porque la persona que tanto defendió no salió a dar la cara. Ahora lo más seguro es que el detenido sea imputado, en las próximas horas, por “resistencia a la autoridad” y “amenazas con arma”.
En tanto a su amigo, los policías lo buscan. Aunque es un rostro inconfundible para los efectivos, que ya le conocen el prontuario, no es tan fácil de ubicar. Más allá de ser un prófugo ahora, antes tampoco tenía donde vivir. Se guarecía en lo de Ortiz porque hasta su madre se hartó de él y de todos los problemas que le llevaba a la casa. Por eso lo echó de la vivienda y desde entonces “andaba en situación de calle”, comentó la fuente.
El reclamo por la cortadora de césped que, estuvo a nada de convertirse en un hecho sangriento, sucedió el martes alrededor de las 23:45. La locura que la sustracción de la máquina desató en su dueño y en los vecinos que salieron detrás a acompañarlo, en esa cruzada con la idea de herir al delincuente y hasta de lincharlo, si no tenían otra escapatoria, fue superada con creces por la violencia del amigo del ladrón que buscaban.
Alguien llamó al 911 y avisó que en la manzana 7108 de La Ribera “había un disturbio”, comunicaron los voceros de Relaciones Policiales. La palabra “disturbio” no era suficiente para dimensionar lo que realmente pasada. Los primeros en darse cuenta fueron los patrulleros del Comando Radioeléctrico.
El arma blanca que le secuestraron tenía unos 11 centímetros de hoja.
Vieron a un joven que insultaba y amenazaba con un cuchillo en la mano. Era Ortiz, un rostro ya familiar para ellos. Los policías le ordenaron que se calmara y soltara el arma blanca. Pero él no los escuchó y trató de abalanzarse hacia los uniformados y los vecinos, afirmó Relaciones Policiales.
Pero, finalmente, los patrulleros lograron inmovilizarlo, aprehenderlo y, a su vez, protegerlo de las personas que todavía estaban furiosas con él y también querían agredirlo. Le secuestraron un cuchillo con una hoja de unos 11 centímetros.
FUENTE: EL CHORRILLERO