Juzgan a los acusados del asesinato de ‘Nino’ Videla

Redaccion
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Camila González y Franco Miranda están imputados por homicidio criminis causa, que prevé prisión perpetua. Declararon dos hijos de la víctima y el jefe de la División Homicidios que describió cómo dieron con los acusados.

Por Leonardo Kram

Este jueves dio inicio el juicio contra Camila González y Franco Miranda, imputados por asesinar a Paulo Daniel “Nino” Videla, el hombre de 61 años que fue hallado golpeado y maniatado en su casa del barrio El Lince, al sur de la ciudad de San Luis el año pasado.

La primera audiencia se extendió por cuatro horas con la declaración de múltiples testigos, los más relevantes los hijos de la víctima, Brenda y Jonathan y el jefe de la División Homicidios de la Policía de San Luis, Víctor Hugo Cornejo. Se describió la escena del crimen, pruebas claves como el celular de Videla y de acuerdo al relato del hijo de este, que la imputada mantuvo encuentros sexuales con la víctima meses antes del hecho.

El debate fue presidido por los jueces Eugenia Zabala Chacur, Ariel Parrillis y Hugo Saá Petrino. Mientras que del lado de la querella estuvo Soledad Poma de De Otaegui, Miranda fue representado por el defensor oficial José Luis Guiñazú y González por el abogado Federico Putelli.

La fiscal de juicio Virginia Palacios dio el puntapié inicial. Describió brevemente el hecho: Los imputados ingresaron la madrugada del 28 de mayo de 2024 a la vivienda del hombre, lo golpearon, lo ataron de pies y manos y lo asfixiaron. La causa está bajo la calificación de homicidio criminis causa, que es el cometido para ocultar otro delito. “No tengo dudas que esto sucedió de esta manera”, resumió, acusando multiplicidad de pruebas y testigos contra los imputados.

Putelli, defensor de González, negó cualquier tipo de responsabilidad de su representada y pidió su absolución. “Voy a pedir justicia por ella. Ha vivido 30 años en un torbellino de consumo de sustancias y vulnerabilidad absoluta. No van a poder acreditar que las manos de la imputada estuvieron involucradas y si estuvo en el lugar”, apuntó.

La misma postura fue tomada por el defensor oficial Guiñazú. “Él no tiene antecedentes, tiene dos hijos. Jamás opuso resistencia en su detención y siempre ha estado de la mejor predisposición. Mi defendido no estuvo en el lugar del hecho y hay pruebas que así lo determinan”, coincidió.

Brenda, la hija de Videla, la primera testigo

“Era un hombre responsable, cuidaba su trabajo como oro”, comenzó su hija Brenda, la primera testigo en declarar. Recordó que el 28 de mayo del año pasado no se había presentado a su trabajo en la Ex Colonia Hogar, como empleado del ministerio de Desarrollo Productivo. Un compañero le indicó que no había llegado y junto a uno de sus hermanos, decidió hacer la denuncia en la comisaría de la zona sur. Desde allí le sugirieron que fueran a fijarse a la vivienda del hombre, una casa del barrio El Lince sin ampliaciones, a metros de un supermercado local.

Llegaron pasadas las 18. La puerta principal estaba cerrada por dentro, por lo que saltaron el portón del patio y la mujer, de contextura pequeña, se metió por una ventana estrecha, tipo ventiluz, del baño. Notó que las luces de todos los ambientes estaban encendidas: la del baño, la cocina, la habitación y el living, que tenía una cortina para generar otro ambiente para una cama de una plaza. Había un gran desorden.

En el living notó a su padre tendido en el piso, junto a la cama. Estaba atado con un cable, extraído de sus herramientas de trabajo, que rodeaba sus tobillos y se extendía hasta sus muñecas. Estaba boca arriba y tenía la cabeza tapada con una sábana.

“Cuando bajo la mirada lo veo tirado en el piso. Le hice RCP, pero mi hermano dijo “No, Brenda ya está”. Mi papá estaba helado. Y grité que mi papá estaba muerto. Encontrarlo así, es algo que tengo en la mente y no se puede borrar”, dijo entre sollozos.

Entre las cosas que faltaban de su padre, estaban un televisor de 43 pulgadas, una garrafa de gas, su celular, sus zapatillas, varios pantalones y sus camperas del ministerio. El día que lo encontraron muerto era la fecha en que cobraba el sueldo.

Brenda describió dos hechos que dieron un poco de contexto de cómo vivía Nino. Recibió intermitentemente en su casa a una mujer llamada Jesica Navarro, junto a su hija y su pareja, según ella, como gesto solidario. Por el otro, sus ingresos no alcanzaban y le pedía para comer a ella y al resto de la familia.

La Policía halló ropa de mujer en distintas partes de la casa y hasta un acta de despacho de libertad de Navarro, un documento que se le otorga a quienes cumplieron una condena por un delito.

La familia de Nino cuestionaba que recibiera a Navarro e incluso a la pareja de esta, Maximiliano Santamaria. También que le encontraran ropa de mujer. “Soy hombre, hija”, recuerda que le dijo en una oportunidad. Días antes charlaron y Brenda lo notó temeroso.

El celular, una prueba clave

El testimonio más largo fue del comisario Víctor Hugo Cornejo, jefe de la División Homicidios, oficial instructor del sumario por el crimen. Por más de una hora contestó preguntas de la fiscal y la defensa y describió el camino que los llevó a los imputados y a descartar a Navarro.

Acompañado de imágenes proyectadas y con el pedido de reserva a los medios de comunicación presentes por el tenor de las mismas, el comisario describió la escena del crimen. Videla fue hallado junto a una cama de una plaza, atado de pies y manos. Tenía lesiones en las muñecas y un golpe profundo en la región occipital de su cabeza. Su rostro estaba cubierto por una sábana y una prenda de vestir. Y junto al respaldo de la cama y bajando por la pared, se extendía una mancha hemática.

Cornejo apuntó que una de las pruebas claves fue el teléfono celular de Videla, un Samsung de gama baja que fue sustraído el día de la muerte del hombre. La “sábana” con el registro de llamadas y mensajes los llevó a que realizaron múltiples contactos y que a las 6 de esa noche, el dispositivo cambió de número.

Un hombre de apellido Casatte era el nuevo titular. Llegaron al barrio Pucará. Él les indicó que lo había comprado a 7 mil pesos a otro varón, de apellido Arce. Este recibió el dispositivo de una pareja, los imputados, presentes en el juicio, a cambio de 4 mil pesos.

“Arce nos dijo que el hombre les dijo que le habían ganado el celular a un viejo de El Lince y que se les había ido la mano”, remarcó Cornejo.

Las llamadas fueron a un taxista y a una empresa de taxis. Él primero les indicó a los investigadores que Camila era prostituta y que solía usar el celular de sus clientes. Mientras, los llamados a la empresa eran para pedir un móvil a la casa de la víctima. La compañía envió uno de la parada ubicada en el supermercado cercano, apenas a unos 70 metros de distancia.

Este segundo taxista describió que a las 2 de la mañana, los imputados cargaron una garrafa y un televisor y viajaron hasta el Pucará a un domicilio, a pocos metros de dónde vivían tanto Arce como Casatte.

Los abogados defensores cuestionaron a la Policía por a su consideración, concentrar sus esfuerzos contra la pareja de imputados y no contra Navarro, que de acuerdo a una exposición policial, había sido echada de la casa de Videla 10 días antes del asesinato. O en todo caso contra quienes vendieron y compraron el celular de la víctima. Cornejo remarcó que los allanamientos contra Navarro fueron negativos.

“¿Conoce la expresión visión de túnel?”, le preguntó al fin del cuestionario Putelli al encargado de los allanamientos. Esta es una condición en la que se reduce el campo visual, aunque también es usada como metáfora para referirse a una forma limitada de percibir la realidad, donde se enfoca intensamente en un aspecto específico, ignorando o minimizando todo lo demás.

En la audiencia, múltiples peritos confirmaron sus firmas en las actas de procedimiento. La defensa solo se detuvo en la especialista en retratos hablados que participó de la investigación. Putelli solicitó incluso una copia del boceto y le pidió comparar el dibujo, con el rostro de su representada y la profesional de la policía aseguró que había similitudes.

El hijo de Videla confirmó una relación sexual entre la víctima y la imputada

El último en declarar fue Jonathan, otro de los hijos de Videla. Aportó otra información clave: a fines de enero, su padre le había comentado que había tenido relaciones sexuales con la imputada y hasta le envió una foto de ella en el baño de su casa. En uno de estos encuentros sexuales, la joven se había desmayado y la había llevado al Hospital del Sur. La querella quiso incorporar la foto como prueba, algo que fue denegado ya que no había sido incorporado a la etapa de instrucción.

Y a su vez indicó que Navarro era quien había presentado a González como su prima. “Lo vi en los medios cuando la capturaron. Primero no sabía quien era, cuando vi las fotos me di cuenta que era ella”, recordó.

En la previa del juicio, hubo una manifestación pacífica de los familiares frente al edificio de Tribunales. El juicio se reanudará este viernes de 9 a 12 y continuará luego la semana próxima. Como medida adicional, el tribunal prorrogó la prisión preventiva de los imputados mientras dure el proceso.

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