La Universidad Nacional de Villa Mercedes (UNViMe) se encuentra en una situación financiera crítica, con un déficit de casi 220 millones de pesos, según advierte el recién asumido rector, Marcelo Sosa. En una semana en el cargo, Sosa se ha enfrentado a una falta de información y a la necesidad de rastrear computadoras en blanco. El rector desmintió las afirmaciones del exrector sobre un supuesto superávit, explicando que la deuda con la AFIP y préstamos bancarios hacen que la situación sea mucho más complicada.
Uno de los problemas más graves es la falta de pago de aportes patronales, lo que ha generado intereses adicionales. Además, se han identificado otras irregularidades, como patentes de vehículos no pagadas y falta de combustible en sistemas críticos de la universidad. Sosa ha iniciado auditorías internas y externas para determinar el monto total de la deuda.
En vista de esta situación, se está evaluando la posibilidad de declarar la emergencia económica con el Consejo Superior. Se prevé una etapa de austeridad y la suspensión de nuevas contrataciones. El rector también planea convocar a todos los claustros para crear un plan participativo de gobierno para los próximos cuatro años de su gestión.
Además de los problemas financieros, la UNViMe enfrenta desafíos en cuanto a la infraestructura, con la falta de un edificio propio para la cursada. La obra del campus en la zona norte está paralizada y se ha iniciado una licitación para su finalización. Sosa lamenta la falta de gestión en proyectos atrasados que no se enviaron al Ministerio de Educación durante varios años.
