El testigo reveló que el sospechoso fue descubierto mientras se escondía bajo un tanque de agua en la casa de Luna Micaela Giardina, desde donde la observaba.
Doble femicidio: escalofriantes detalles revelados por un vecino del acusado
Un nuevo capítulo se suma a la tragedia que sacude a la ciudad tras el doble femicidio de Luna Micaela Giardina (26 años) y su madre, Zoraida Mariel Zamudio (54 años), ocurrido el pasado sábado 11 en el barrio Villa Serrana, en Córdoba.
El principal sospechoso, Pablo Laurta (39 años), expareja de Luna y padre de su hijo de 5 años, fue detenido el domingo en Gualeguaychú, Entre Ríos, junto al menor, quien fue hallado sano y salvo. Las declaraciones de un vecino, testigo clave en la investigación, dan cuenta sobre los antecedentes de violencia y el temor que vivía Luna antes del brutal crimen.
El vecino, cuya vivienda colinda con la de las víctimas, relató a las autoridades que Luna estaba aterrada por la presencia constante de Laurta. Según su testimonio, el jueves pasado, Luna le pidió prestado un teléfono para comunicarse con Tribunales, ya que no podía hacerlo desde su propio dispositivo. El motivo era claro: la orden de restricción contra Laurta estaba a punto de vencerse el viernes, y Luna temía por su seguridad. La joven había descargado un botón antipánico, pero se encontraba prácticamente indefensa.
El vecino también reveló a Cadena 3 un incidente previo que evidencia el acecho de Laurta. En octubre de 2024, lo descubrió escondido bajo un tanque de agua en la propiedad de Luna, desde donde la observaba. Allí encontraron ropa, una botella de agua y rastros de que había estado varios días.
«Estuvo dos o tres días durmiendo bajo un tanque de agua en la casa de Luna, donde se despejaba, orinaba, tenía ropa, botella con agua», aseguró el testigo
En esa ocasión, Laurta fue detenido brevemente mientras conducía una Toyota Hilux blanca, presuntamente alquilada, pero no enfrentó mayores consecuencias, solo la imposición de la orden de restricción. Meses después, Luna alertó al vecino que Laurta seguía merodeando por el barrio, especialmente cerca del jardín de infantes al que asistía el niño, en la zona de León XIII.
El sábado, según el testimonio, se escuchó una detonación en la casa de las víctimas. Apenas cinco minutos después, el vecino vio a Laurta salir con el niño de cinco años, caminando por la calle, donde jugaba con el niño mientras esperaba un taxi. Luego, Laurta tomó el vehículo y desapareció.
Horas más tarde, se descubrió que había asesinado a Luna y a Mariel con una pistola, la misma que fue secuestrada por la policía el domingo por la noche en el Hotel Berlín de Gualeguaychú, donde Laurta se escondía con el menor antes de intentar cruzar la frontera hacia Uruguay.
La investigación, a cargo del fiscal Gerardo Reyes, continúa para esclarecer los movimientos de Laurta en Córdoba y posibles conexiones con otros hechos, como la desaparición del remisero Martín Palacios y el incendio de su vehículo.
Mientras tanto, el menor recibe atención psicológica y permanece bajo resguardo en Entre Ríos. La comunidad cordobesa, conmocionada, espera respuestas y justicia ante este nuevo caso de violencia de género que podría haberse evitado.