Durante el fin de semana del 4 de julio, intensas inundaciones azotaron el centro de Texas, causando al menos 104 muertes, entre ellas 28 menores. Las autoridades mantienen operativos de rescate mientras se investigan posibles fallas en los sistemas de alerta temprana.
Las lluvias extremas provocaron inundaciones repentinas en el centro de Texas durante el fin de semana largo del Día de la Independencia, dejando un saldo devastador: al menos 104 personas murieron, entre ellas 28 niños, y decenas más permanecen desaparecidas. El área más afectada fue el condado de Kerr, donde el desborde del río Guadalupe arrasó campamentos y viviendas.
El evento, descrito como una de las peores tragedias por inundación en la historia reciente de Texas, ocurrió sin alertas suficientes, lo que ha generado cuestionamientos a los sistemas de prevención estatales y federales.
La mayoría de las víctimas fatales se registraron en el condado de Kerr, una zona montañosa al noroeste de San Antonio. Allí, el viernes por la mañana, el río Guadalupe aumentó su nivel de 1 a 10 metros en apenas 90 minutos. En Campamento Mystic, un centro de verano con más de 750 niños, 10 niñas y un consejero aún seguían desaparecidos al cierre del lunes.
Entre los fallecidos se encuentra Dick Eastland, exdirector del campamento, quien murió intentando rescatar a las menores atrapadas por la crecida.
Los equipos de emergencia trabajaron sin descanso durante el fin de semana. Más de 850 personas fueron rescatadas utilizando diversos medios, incluidos helicópteros de la Guardia Costera, que logró evacuar a 165 personas del Campamento Mystic. Sin embargo, al menos 20 personas seguían desaparecidas hasta la noche del lunes.
El presidente Donald Trump declaró zona de desastre mayor y planea visitar la región este viernes. La Casa Blanca coordina con autoridades locales para que su llegada no interfiera en las tareas de rescate y limpieza.
Aunque el Servicio Meteorológico Nacional emitió una advertencia de inundación el jueves, su alerta urgente llegó demasiado tarde para muchos. En algunas áreas, el aumento del nivel del agua fue tan rápido que los residentes no tuvieron tiempo de evacuar.
Se cuestiona que el condado de Kerr descartó anteriormente la instalación de un sistema de alerta temprana por considerar el costo demasiado elevado. Por su parte, el senador Chuck Schumer pidió investigar si los recortes presupuestarios en el Servicio Meteorológico contribuyeron a la tragedia.
Historias que reflejan la magnitud de la tragedia
Entre los fallecidos ya identificados se encuentran Jeff Wilson, profesor de secundaria de Houston; Tanya Burwick, de 62 años, atrapada en su automóvil mientras iba al trabajo; y las hermanas Blair y Brooke Harber, arrastradas por la corriente mientras dormían en una cabaña junto al río.