Lo anunció el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert Kennedy Jr., para las dosis de la plataforma de ARN mensajero, que son las que se aplican en ese país. El debate sobre la decisión, en pleno auge de una nueva cepa circulante
El gobierno de Estados Unidos realizó un cambio en su estrategia sanitaria de inmunización al decidir retirar la recomendación de vacunar rutinariamente contra el COVID-19 a niños sanos y embarazadas.
Infobae detalló que la decisión fue anunciada por Robert F. Kennedy Jr., el secretario de Salud y Servicios Humanos, quien comunicó la medida a través de un video publicado en la red social X. Kennedy afirmó que el objetivo es “reducir el aparato federal y ajustar las políticas sanitarias a las prioridades del expresidente Donald Trump”.
El anuncio representa una ruptura con las políticas establecidas desde el inicio de la emergencia sanitaria. La política anterior del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) promovía la vacunación universal contra el COVID-19 desde los seis meses de edad.
“El año pasado, la administración Biden instó a los niños sanos a recibir otra dosis de la vacuna contra la COVID-19 a pesar de la falta de datos clínicos que respalden la estrategia de dosis de refuerzo en niños”, afirmó Kennedy en el video donde comunicó la polémica decisión sanitaria.
Los CDC, siguiendo a su panel de expertos externos, recomendaron previamente vacunas COVID actualizadas para todas las personas de seis meses o más. Las aseguradoras dijeron que están revisando la guía regulatoria para determinar sus políticas, que normalmente siguen las recomendaciones en salud federal.
Qué dicen los expertos de la medida en EEUU
El subdirector del Hospital Francisco Muñiz, el médico infectólogo Juan Carlos Cisneros (MN 62530), indicó a Infobae que “es un tema complicado porque la vacuna no tiene una indicación totalmente clara en chicos sanos. El problema (de la decisión del funcionario estadounidense) es político, pues se tomó la decisión sin consultar a los estamentos que habitualmente son los especializados en esto. Y por otro lado, lo que no se dice es que en realidad los potenciales problemas con la vacuna que justificarían no darla son por la plataforma de ARN”, sostuvo el especialista.
Y aclaró que “los estudios de vacunas ARN donde se autorice experimentar en chicos o embarazadas son muy costosos. Las vacunas que tienen otro tipo de plataforma que no es de ARN, tendrían muchos menos problemas”.
En diálogo con Infobae, el doctor Ricardo Teijeiro (MN 58065), infectólogo del Hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) señaló que “es inaceptable que se tome una decisión unilateral desde un secretario de Salud o un ministro en este tipo de consideraciones».
“Para recomendar una vacuna y dársela a la población o integrar un calendario de vacunación tiene que pasar muchos pasos -continuó-, como la elaboración de varios estudios epidemiológicos, la opinión de los asesores. En Estados Unidos está el Comité asesor en inmunizaciones. Acá en Argentina está la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaiN) También la opinión de los expertos de las sociedades científicas”.
Y agregó: “Entonces, de la misma manera, para evaluar una vacuna y retirarla del ofrecimiento a la población, se tiene que seguir los mismos estudios y la opinión de todos los que saben. No la opinión de uno que está mirando solamente el costo económico”.
“No hay una vacuna sola para COVID. Hay distintas plataformas, algunas más económicas, otras más caras, algunas con más efectos adversos, otras no. Entonces hay que hacer un estudio profundo y de acuerdo a la epidemiología, los riesgos que tiene cada país», señaló Teijeiro.
El infectólogo agregó que “justo en este momento hay un aumento de circulación de una cepa en Asia que es importante aunque no tenga un gran impacto en mortalidad. Hay que recordar que la vacuna no solo disminuye la posibilidad de contagio y la mortalidad, sino también la posibilidad de padecer long COVID, o COVID duradero, en la enfermedad prolongada, que está trayendo muchos trastornos en las personas. Eso también es prevención. Estoy en contra, sobre todo en la forma con que encara esto el secretario de Salud en Estados Unidos. Creo que tienen que ser más serios”.
“No es conveniente la medida. Rige para Estados Unidos, pero no para la Argentina, donde todavía se recomienda la vacunación periódica en menores y en embarazadas. Por otro lado, es importante que tengamos siempre una continuidad en los estudios de evaluación de la eficacia de la respuesta a la vacuna, la persistencia de la respuesta en el tiempo en distintos grupos de edad y fundamentalmente en los niños y mayores de 65 años”, coindició el doctor Gerardo Laube, médico infectólogo del Hospital Muñiz de la ciudad de Buenos Aires en diálogo con Infobae.
“De alguna manera habría que seguir los lineamientos similares a los que se sigue con la vacuna antigripal, que va cambiando la composición de la vacuna de acuerdo a la circulación de cepas. Así que no creo que sea conveniente suspender esquemas de vacunación, excepto que una vacuna ya demuestre que los efectos pueden ser más importantes que el riesgo de la enfermedad. Pero como estamos todavía muy lejos de esa circunstancia, es conveniente seguir con todos los programas como actualmente en el país se siguen por lo menos sosteniendo”, completó el también profesor titular de Infectología, Medicina del viajero y Microbiología de la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló.