En 2014 Alejandro Quinteros fue denunciado por un supuesto caso de abuso sexual contra uno de sus hijos. Sin embargo, las pericias en Cámara Gesell determinaron que el niño no había sido ultrajado y lo exculparon. La Justicia tardó once años en sobreseerlo, pero Alejandro sigue sin poder reencontrarse con sus hijos.
La acusación inicial lo apartó de la custodia de sus dos hijos, comenzando una etapa difícil que incluyó depresión y un deterioro emocional y físico. «Una mañana me desperté con una denuncia en mi contra y el mundo se me cayó abajo», recordó Quinteros al portal El Tribuno Puntano.
El proceso judicial fue repleto de obstáculos legales que lo perjudicaron, suspendiendo varias veces la causa. Pruebas clave desaparecieron o no fueron consideradas adecuadamente; «Si un psicólogo decía que no había indicios de abuso, ponían otro», recordó Quinteros. Finalmente, en 2023 el juicio concluyó con su sobreseimiento.
«Una Justicia que tarda diez años en fallar no es justicia», lamentó Alejandro. «Me robaron mi paternidad, mi historia y mi vida». Aunque hoy se siente vacío, sueña con reconstruir el vínculo con sus hijos, a quienes no ha visto desde 2014.
El caso de Quinteros refleja un sistema judicial que él considera ineficiente e injusto. «Esto se banaliza», destacó. «Casi el 90% de las personas con las que hablé en estos años fueron víctimas de falsas denuncias». Para él, los procedimientos deben reformarse urgentemente para proteger la verdad y a las familias.