Crimen en La Toma «No incentives al demonio», la frase que puede condenar a los acusados de matar a Zoe

Redaccion
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El jueves se realizará la retrasada audiencia de control de la acusación contra Adrián Rodríguez y Leandro Oses, los detenidos por el femicidio. Las pruebas en contra.

Algunos videos que permanecieron en los celulares de los acusados de matar a Zoe Pérez fueron letales para su propia coartada. Las filmaciones tienen audios que no necesitan explicación. En el teléfono de Leandro Oses los investigadores encontraron una filmación en la que su amigo Adrián Rodríguez le dice a la chica: “A mí no me incentives el demonio porque está todo mal. Es un consejo, no me provoques porque el demonio sale”. Esa noche de febrero, en una casa del barrio Barrancas de La Toma, el demonio salió.

Esa es tan solo una de las pruebas que tiene la Fiscalía para acusar a la dupla que cumple prisión preventiva y espera el juicio oral con la perspectiva de una condena muy alta. El jueves de esta semana, Oses y Rodríguez tendrán que enfrentar una audiencia que no quisieron enfrentar la semana pasada, cuando los defensores de uno de los imputados dilataron la realización.

Los investigadores parecen tener muy claro el itinerario fatal de la adolescente tomense y con ellos van en busca de una condena fuerte. Lo dijo Sandra Mora, la madre de Zoe, la semana pasada en una manifestación que hicieron frente a Tribunales: “Queremos que se pudran en la cárcel”.

La adolescente de 17 años se juntó la noche del 19 de febrero con Rodríguez y Oses en el Club Pringles de La Toma. La reunión era amistosa: tomaron mates y miraron un partido de vóley. Antes de las 23 de esa noche veraniega una amiga los llevó hasta la plaza saludable del pueblo, donde trío se quedó por un rato más.

Desde allí, Zoe, Rodríguez y Oses fueron a la casa de Adrián, en la calle Inti Huasi, en el Barrio Barracas. La morada era un departamento alquilado al fondo de un terreno, donde estuvieron toda la noche tomando y jugando a la Play. En el celular de Oses hay fotos de los tres, tomadas antes de las cuatro de la mañana.

Aparentemente en ese horario se produjo el desenlace fatal. Las imágenes muestran que los tres permanecían en la cama de Rodríguez al menos hasta las 4:30. Entre las 5 y las 7 de la mañana, según la fiscalía, Zoe fue víctima de un ataque sexual por parte de ambos. En medio del primer forcejeo logró zafar, pero al intentar escapar fue alcanzada entre la heladera y la mesa del comedor. En ese lugar, los acusados continuaron el abuso y finalmente la asfixiaron.

La teoría muy firme sobre el momento de la muerte indica que Oses se ubicó sobre la víctima y con un cordón o un elemento parecido la tomó del cuello mientras Rodríguez se encontraba delante de la joven, con la intención de inmovilizarla.

Con el cuerpo de la estudiante en su casa, Rodríguez no fue a trabajar a la mañana siguiente y se quedó con su amigo planeando la coartada. Los investigadores tienen por comprobado que poco antes de las nueve de la mañana, Oses salió del domicilio con una mochila y Rodríguez permaneció en la vivienda con la idea de acomodar el cuerpo en la cama de su habitación.

Según surge de la investigación, alrededor de las 10 de la mañana llegó a ese domicilio Nahuel Mora, hermano de Zoe, en busca de la chica que no había aparecido por su casa. Rodríguez le dijo que había estado ahí, pero que ya se había retirado. La misma respuesta le dio a una amiga de la víctima.

Ya a media mañana, Rodríguez, acorralado, llamó al profesor del gimnasio donde asistía Zoe. Le pedía que fuera urgente para su casa. El docente fue tan rápido que tuvo que llevar a su hijo de 10 años, testigo inocente de la atrocidad de Rodríguez.

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