Este lunes comienza el debate oral contra Diego Oliveri y Tatiana Yaccarini Iascula, acusados de difundir y viralizar un video íntimo de Gabriela Fernández Aberastain en 2020.
De la vergüenza, la vulnerabilidad y la depresión a la esperanza. Hace cinco años que Gabriela Fernández Aberastain busca que Diego Oliveri, suexpareja, y Tatiana Yaccarini Iascula, pareja de él, sean condenados por haber viralizado de manera reiterada un video íntimo de ella. Este lunes comienza el juicio oral contra los imputados. Oliveri está acusado de “distribución indebida de correspondencia, amenazas y lesiones leves calificada por el vínculo y por mediar violencia de género en concurso real”. Yacarini, por su parte, enfrenta cargos por “distribución indebida de correspondencia, amenazas, lesiones leves e incumplimiento de una orden judicial en concurso real”.
La víctima aseguró que siente que se hará justicia. “Estoy esperanzada de que se haga justicia y de que los condenen. Obviamente que estoy esperando que se haga justicia y que salga a la luz la verdad. Evidentemente estas personas se están escondiendo y hacen todo de manera dilatoria porque creo que, si te acusan de algo que sos inocente vas a estar desesperado por defenderte, por ir a contar tu verdad, evidentemente no hacerlo dice mucho más”, expresó.
De acuerdo con la acusación fiscal realizada por el fiscal de Instrucción 2, Ricardo Barbeito, durante marzo y abril de 2020, Oliveri hostigó y persiguió a la víctima. Según la investigación judicial, la agredió y amenazó a través de mensajes de texto y redes sociales, se presentó reiteradamente en su domicilio y la intimidó con amenazas de muerte y con la difusión de videos íntimos. Finalmente, publicó presuntamente dicho material de contenido sexual, el cual se viralizó rápidamente, “generando un gran desequilibrio emocional no solo por su conducta agresora y por publicar las fotografías y videos íntimos, sino también por todas las conductas de malos tratos y comportamientos agresivos”, dice un fragmento de la acusación.
Además, el fiscal determinó que Olivieri compartió ese contenido con su actual pareja, Tatiana Yaccarini. La mujer presuntamente difundió los videos desde cuentas falsas y además amenazó de muerte a Fernández y a sus hijos menores. Estas acciones ocurrieron a pesar de que existía una orden judicial de restricción que le prohibía cualquier contacto con la víctima.
Diego Oliveri y Tatiana Yaccarini Iascula, los imputados.
Proceso de reconstrucción
A Aberastain la difusión de ese material la llevó a sentir vergüenza, le generó pérdidas laborales e incluso dejó de realizar salidas o actividades que le gustaban hacer en su cotidianeidad. Todo por temor a la exposición, los prejuicios y el qué dirán. “Fue muy duro para mí, para toda mi familia, para mis hijos. La verdad es que pasé por muchos estadios. Depresión, malestar, perdí trabajos, en fin, fue difícil. No tengo muchas palabras para describir lo que yo sentí, pero fue muy duro”, recordó acongojada.
Resaltó que fueron su familia y su círculo más íntimo quienes la sostuvieron y la sostienen para poder sobrellevar su día a día. “Tuve mucho acompañamiento. Yo tenía mucha vergüenza y no podía no tan solo salir de mi casa si no que ni siquiera mirarme al espejo. Fue todo un proceso de reconstrucción total y con el cual sigo hasta el día de hoy. El sentimiento de vergüenza es algo con lo que convivo a diario. Combato contra eso todo el tiempo. Yo no puedo hacer nada con la mirada ajena, con el juicio y el prejuicio de la gente. Inevitablemente siempre hay algún comentario hostil o algún juicio de valor sobre mi persona o mi integridad entonces es una lucha constante porque estuve expuesta en mi desnudez y eso da lugar a que me digan cualquier cosa, muchas veces muy duras”, expresó la denunciante.
La lucha de Aberastain no fue solamente poder recuperarse de esa situación sola sino que también contener y tratar de mantener ajenos a la exposición a sus hijos quienes en ese entonces tenían apenas 5 y 10 años. “En su momento hicieron tratamiento psicológico y de a poco se les fue explicando sin darles tanta información, contándoles lo preciso, pero tratando de ser justos”, recordó la víctima.
Red de ayuda
Señaló que actualmente recibe comunicación o es contactada por hombres o mujeres que han sido víctimas del mismo delito. “Mucha gente se contactó. Es una situación muy vergonzosa, es muy dura y difícil atravesar la vergüenza de exponerte para hacer la denuncia. Entonces cuando me piden ayuda algunos casos avanzan y otros quedan a la mitad porque en algún momento tienen que presentar, contar y mostrar sus pruebas y eso es lo que la gente no puede hacer porque se muere de vergüenza”, contó.
Filmación encriptada
Además de encargarse de recuperar y estabilizar su salud mental, en el transcurso de los años Aberastain se encargó de tratar la frenar la circulación del video con su imagen. “Ya dejó de circular porque yo hice un trabajo minucioso en todos estos cinco años. Fui rastreando el contenido y algunos técnicos en computación me ayudaron. En cada sitio que el video aparecía yo lo denunciaba. Me comunicaba con cada página y les decía que yo era la de las imágenes, que no autorizaba el uso de mi imagen y en el acto lo bajaban y me pedían disculpas. Después logré que lo encripten, si llegase a volver a circular de nuevo nos llega un aviso y lo podemos volver a bloquear”, aseguró. Este caso es el segundo de «sextorsión» que llega a juicio en el país.
Gabriela Fernández Aberastain profesora de fitness y ex campeona de fisicoculturismo.
Por último, la víctima repitió una vez más que solo espera justicia. “Espero marcar un precedente con esto. Que los sentencien va a generar un gran precedente para todas y servirá para tomar conciencia de lo importante que es no reenviar algo que es de la intimidad de otra persona que por más que no la conozcamos o incluso si la conocemos y nos cae mal, no debemos reenviarlo porque es realmente muy nocivo, dañino, lastimoso, se arruina una vida, una integridad, una moral, un montón de cosas que son difícil de reconstruir. Todo por un minuto de burla o de diversión que puedas tener. También por otra parte quiero resaltar que a la hora de vincularse de manera virtual hay que tomar los recaudos necesarios, no confiar tanto, tratar de no mostrar la cara para no ser identificados y cuidarnos en todos los sentidos”, cerró.