Se trata de Isaías Suárez quien, junto a Jonathan Moreno y Ezequiel Chilote, recibieron en diciembre pasado la mena máxima. Solicitó la excarcelación bajo el argumento de que nunca se bajó de la moto que conducía, para participar de la paliza que terminó con la vida Jesús Muñoz, a los 28 años.
El 11 de diciembre pasado, Isaías Sebastián Suárez, Rodrigo Exequiel Chilote y su hermano Jonathan Moreno fueron sentenciados a prisión perpetua por asesinar a Jesús Muñoz, la madrugada del 25 de febrero de 2024. Los jueces que los juzgaron coincidieron en que los tres atacaron a golpes, patadas y dos puñaladas que terminaron con la vida del joven, con el único objetivo de robar su moto y su celular. Pero Suárez no se quedó con eso. A través de su abogado, Javier Quiroga, apeló el veredicto ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y solicitó ser liberado.
En pocas palabras, sostuvo que él no fue uno de los que agredió al joven de 28 años porque, según su versión, jamás descendió de la moto en la que se movilizaban él y el resto de los condenados. Los magistrados, coincidieron con el Procurador General subrogante, y rechazaron la excarcelación. Pues en el debate oral quedó debidamente acreditado que Suárez formó parte de un plan. Un plan criminal que consistió en inmovilizar a Muñoz para sustraerle sus pertenencias y lo atacaron tanto al punto que consiguieron inmovilizarlo para siempre: lo asesinaron.
Quiroga presentó el recurso de casación el 18 de febrero pasado. Argumentó que el 25 de febrero del asalto en cuestión, alrededor de las 4:30, en el barrio Mil Viviendas de Villa Mercedes, su defendido en “ningún momento tomó elementos que le fueron sustraídos” a la víctima. Aseguró que jamás se bajó de la moto en la que llevaba de acompañantes a los otros condenados. Y, por lo tanto insistió que no participó “del ataque contra la humanidad de Muñoz” y que no existió “grado de convergencia intencional con el modo en que se cometió el robo, por parte de Chilote y Moreno”.
